Esta palabra seguramente llenará de terror a más de una persona, pero en realidad, como muchas cosas dentro de la economía, son solamente riesgosas si desconocemos cómo usarlas. A continuación, algunos puntos importantes que tomar en cuenta cuando hablamos de comisiones en tarjetas.
Básicamente, la comisión es el pago que le damos al banco sobre los servicios que nos ofrecen, y por ello, pueden llegar a variar dependiendo de la oferta. Precisamente por ser algo variable, los bancos suelen jugar un interesante juego para ofrecer las opciones más “atractivas”, sin dejar de tener su ganancias.
Existen muchos tipos de comisiones, se les divide en cuatro categorías, que son las siguientes y las más comunes.
La llamada comisión por receptor es una de las que generan más ganancias a un banco, pero en particular, no se aplica al cuentahabiente. Esta es la cantidad que se le cobra a los comercios por el uso de la tarjeta de crédito. Usualmente esta cantidad es absorbida por el vendedor, aunque algunos negocios más pequeños te cobrarán un porcentaje extra por el uso de tarjeta, para poder cubrir esta diferencia.
Son muchas las tarjetas que te ofrecen cero comisión, pero eso usualmente incluye sólo los rubros de origen, acceso y mantenimiento. Del mismo modo, algunos bancos te ofrecerán un cierto número de servicios “gratuitos”, especialmente emisión de comprobantes, y pasado ese número, te empezarán a cobrar la comisión habitual.
Es muy fácil irte con la idea de que el no pago de comisiones hará tu tarjeta más barata, pero muchas veces no es así. En realidad, si bien las comisiones son muy importantes para los bancos clásicos – en especial los de comisión de receptor – la verdadera ganancia está en los intereses. Lo más que verás es que te ofrecen una tasa de interés más baja, pero una cosa es segura: Ese es un aspecto que nunca te van a perdonar, porque como dijimos, es la principal forma de ingresos que un banco tiene.
Uno de los puntos a los que hay que darle especial importancia, es a la comisión por mora. Un retraso de un sólo día es suficiente para que se aplique, y en algunos bancos existe un porcentaje para retrasos y otro para pago no recibido, que es usualmente mayor. La suma de ésta, más los intereses acumulados, pueden hacer una deuda impagable. Porque recuerda, las comisiones son pagos del servicio bancario, por lo que los intereses se aplicarán a la suma de las mismas y el saldo que tengas acumulado.
Al final, recuerda que lo que el banco espera es hacer su servicio más atractivo, pero eso no siempre se refleja en ventajas para ti. Analiza en la totalidad la oferta que cada uno de los bancos te ofrece. Como en todos los negocios – y más en el aspecto bancario – la letra pequeña es básica. Selecciona de manera inteligente, y tu cartera te lo agradecerá en el futuro.
Ante esta realidad, la misión de la marca Fondeadora es construir una verdadera alternativa financiera, usando como base los valores de la economía colaborativa: acceso, transparencia y colaboración. Ahora que te contamos cómo funciona estamos tranquilos al decirte que al obtenla tu tarjeta Fondeadora no tendrás costo de apertura, ni saldo mínimo ni comisión por usarla tanto en México como en el extranjero.