Se ha hablado hasta el cansancio de todos los elementos que tiene uno que considerar al momento de seleccionar una tarjeta de débito, pero nunca está de más recapitular para elegir sabiamente qué es lo que nos conviene, y qué se ajusta a nosotros.
Generalmente, tenemos la idea de que la tarjeta de débito es sólo una especie de billetera electrónica, en donde podemos llevar nuestro dinero de una forma práctica, cuando en realidad hay muchas más cosas que tomar en cuenta, y que dependen de nuestras necesidades.
Vamos a ayudarte un poco para que hagas la mejor elección, de acuerdo a lo que estás necesitando. Los puntos que debes de tomar en cuenta son sólo 4, pero las ramificaciones de las mismas son muy amplias.
Dependiendo de lo que esperes de tu tarjeta, tendrás que pensar en las ventajas y desventajas de cada una. Emprendedores, pequeños empresarios y personas con necesidades de varios movimientos pueden usar una que les permita un acceso continuo, aunque en esos casos, tendrá que pagar por ello, en forma de manejo de cuenta. Para amas de casa, estudiantes y trabajadores, las opciones tasa 0 son ideales: no hay cobro de manejo de cuenta, y usualmente las ofrecen bancos que tienen cajeros casi en cada esquina. Pero, como mencionamos, tus intereses serán menores, y tendrás un máximo de operaciones, que usualmente no es mucho problema si tienes una planeación juiciosa de tus movimientos.
Esta tarea de comparar será demasiado amplia, pues las instituciones bancarias típicas tienen opciones diferentes, afortunadamente, hoy en día existen otras opciones menos burocráticas y casi inmediatas.
Si consideramos que la tarjeta de débito es un instrumento que usarás durante años, por lo que el dedicarle un poco de tiempo a la búsqueda vale la pena.
Un último consejo, que para algunos puede ser muy valioso. En algunos casos, conviene tener dos tarjetas de débito, cada una con diferentes ventajas, de modo que puedas combinar las posibilidades por medio de traspasos entre las dos.