Numismáticos es el nombre técnico con el que se le conoce a los coleccionistas y estudiosos de las monedas y billetes, para algunas personas, la numismática alcanza un rango de ciencia auxiliar de la arqueología.
Algunas monedas se han convertido en objetos preciados para los coleccionistas, y particularmente existen algunas que son literalmente un tesoro por su rareza, historia y complejidad de encontrarlas.
El sistema monetario estadounidense se basa en el dólar, particularmente y durante sus primeros años, en los hechos de plata, por ello, aquellos fabricados entre 1794 y 1803 son parte de la historia de la economía americana y los coleccionistas los buscan porque tienen un valor increíble.
La Casa de la Moneda de EE. UU. durante el año 1798, rediseñó una de las caras del dólar de plata Draped Bust, reemplazando el águila pequeña que aparecía en los primeros diseños por el de una águila heráldica.
Aunque se hicieron poco más de 1 millón de dólares de la moneda de plata Draped Bust desde 1795 hasta 1803, hoy en día no sobreviven tantos. se sabe que la mayoría la mayoría se derritieron, dañaron y se perdieron en las manos del tiempo. Por ello su rareza y costo, los cuales alcanzan en subastas hasta 10 millones de dólares.
El dinar de oro Omeya del 723
Se trata de una de las primeras y más icónicas monedas islámicas ya que se sabe fue acuñada con oro del mismísimo califa (sucesor y delegado del profeta Mahoma según la religión y cultura islámica) La moneda lleva una leyenda que traducido al español dice "mina del comandante de los fieles"; primera moneda islámica que menciona un lugar en Arabia Saudita.
Se sabe que es un objeto de culto y búsqueda de los coleccionistas de moneda porque se estima que sólo existen 12 dinares como estos en el mundo. En 2011, una de estas monedas se vendió por unos 6 millones de dólares en una subasta.
Esta moneda sí que es una rareza y quizá uno de los “santos griales” en cuanto a numismática. El florín de Eduardo III de 1343 es tan codiciado porque literalmente se sabe que sólo hay 3 de estas reliquias en el mundo.
Dos de ellos están actualmente exhibidos en el Museo Británico de Londres y el tercero pertenece a un afortunado buscador de tesoros quien lo encontró con un detector de metales en 2006. Después, lo puso a la venta a través de subasta, donde se ganó 850 mil dólares, pero se estima, que su precio actual dada su rareza, podría alcanzar un precio de hasta más de 6 millones de dólares.