Estamos en una época muy complicada económicamente, salimos (esperamos) de una pandemia y por eso, literalmente, cada peso cuenta. Sin embargo, muchas veces hacemos gastos de más simplemente por no saber organizarnos. En esta ocasión, vamos a darte consejos realmente sencillos, que van a ayudarte a mejorar tus finanzas personales.
Haz una lista de tus gastos, y clasifícalos con base en estas cinco categorías: Indispensables, necesarios, deseables, eventuales y superfluos. El primero son aquellos que no puedes dejar pasar, como pago de servicios, rentas, colegiaturas y otros pagos similares.
El segundo son aquellos que son necesarios para vivir, pero que pueden variar en calidad, como teléfono, internet, alimentos, transporte, limpieza e higiene, seguros, salud y mantenimiento.
El tercero son elementos que hacen tu vida más cómoda y sencilla, pero pueden hacerse a un lado en ciertos casos, como servicios de cable, automóvil, servicio doméstico y entretenimiento básico. Aquí entran todos tus servicios de streaming, los de videos, música y videojuegos.
La cuarta son aquellas que no son continuas, pero son importantes cuando se presentan como gastos médicos, reparaciones del hogar o automóvil o sustituir muebles o equipo. En el último, entran fiestas, entretenimiento extra, colecciones y otros gastos no necesarios, como pueden ser comprar un vinilo cada semana, etcétera.
Administra tus ingresos: Cada vez que recibas un pago, divídelo en todos los gastos que requieras hacer, guiándote en los puntos anteriores. Cubre cada uno de ellos en orden de prioridad, ajustándote cada uno según tus ingresos reales.
Cuida el gasto hormiga: Recibe este nombre todos los gastos menores que puedes hacer a lo largo de un mes como ir al Starbucks; comprar una botella de agua; cigarrillos, etcétera. Durante una semana, lleva un conteo de cuánto gastas en estos elementos menores, y te sorprenderá ver las cantidades que resultan al final.
Planea tu ahorro: Muchos tenemos la falsa idea de que ahorrar es guardar el dinero que nos sobra, lo cual es un error. Al momento de considerar todos tus gastos, debes de apartar una cantidad fija cada cierto tiempo, de ese modo, podemos incluso tener una idea más clara de nuestro capital a futuro.
De hecho, lo ideal es tener dos formas de ahorro: el colchón, destinado a gastos imprevistos como emergencia médicas mayores, desastres, pérdida del empleo y otros similares. El segundo, que es el gasto a futuro, debes de pensarlo como una segunda pensión, por lo que tendrás que buscar ahí las inversiones que te den un mayor rendimiento. Este segundo no lo toques hasta que te retires, incluso en caso de esas emergencias mayores, que tendrás cubiertas con el colchón.
Las Tres Rs: Si bien éste es un término surgido de los movimientos ecologistas, su impacto dentro de la economía es muy importante. Básicamente implica reciclar, reducir y reusar. Revisa todo lo que usualmente desechamos, para ver que puede tener un segundo uso que te permita ahorrar. Analiza la cantidad de productos que adquieres para algunos aspectos de tu vida, evita el desperdicio y el uso injustificado. Y por último, evita los productos de un solo uso, y vete por opciones más duraderas, que si bien van a ser un poco más caras que las opciones desechables, a la larga te van a permitir ahorrar mucho. Revisa el punto del gasto hormiga, y te darás cuenta de a qué nos referimos.
Como puedes darte cuenta, son acciones mínimas, y que no requieren una gran preparación, sólo un poco de disciplina y una visión a futuro. Pon en práctica estos consejos en el próximo mes, como prueba, y te garantizamos que no los vas a abandonar.