Cualquiera que tenga algo de dinero, de seguro quisiera verlo crecer. Sin embargo, como muchas otras cosas en las que se piensa, es más fácil decirlo que hacerlo. La cantidad de opciones que existen son muchas, así como las posibles ventajas o desventajas.
Un elemento que se tiene que considerar al momento de elegir tu forma de invertir, es la llamada relación riesgo-ganancia. Cada forma de inversión tiene una cierta posibilidad de generar pérdidas, así como de aportar un mayor porcentaje de ganancia. El invertir en la Bolsa de Valores, por ejemplo, puede generarte ganancias enormes en un plazo muy pequeño, pero al mismo tiempo, el riesgo de perder absolutamente todo es mayor.
En cuestión de dinero, lo mejor es moverse de manera conservadora, buscando el menor riesgo posible. En ese sentido, los pagarés bancarios son otra opción, pues usualmente pagan intereses por encima de la inflación, por lo que tu dinero no sólo no se deprecia, sino que auténticamente crece. El inconveniente es que, para que realmente te convenga, lo mejor son los plazos más largos, por lo que mientras están creciendo, no podrás tener acceso a los mismos. Existen pagarés que te permiten acceder mensualmente a los intereses,pero sin tocar el capital. Sin embargo, lo mejor es dejar que se reinviertan, pues de esa forma se asegura un mayor crecimiento de tus ahorros.
Si bien las cuentas de ahorros y las tarjetas de débito pueden generar una cierta cantidad de intereses, en realidad están por debajo de la inflación promedio, por lo que al parecer estás viendo un crecimiento de la cantidad acumulada, la depreciación hace que tengas una pérdida, pues para efectos prácticos, puedes comprar menos que con lo que ahorraste inicialmente.
Los bonos gubernamentales son otra de las opciones, aunque hay que escoger con cuidado. Estos se generan a nivel estatal o federal, en donde los pagos de intereses suelen ser mucho mayores. La desventaja es que, dado que se usan para cubrir obras de infraestructura pública, los plazos son especialmente largos, de entre 10 a 30 años, por lo que es más conveniente ya sea para crear un fondo de retiro, o para empresas de cierto tamaño.
Existen una gran cantidad de opciones menores, como la compra de oro, el financiamiento directo a negocios, la compra-venta de divisas y muchas más, que dependerá del tiempo que puedas invertir, pues requieren un seguimiento más cuidadoso, que generalmente el banco hace por uno en otros casos.
Asegúrate de que la empresa en la que inviertas sea reconocida y tenga un respaldo sólido, pues es una de las ramas económicas en donde se presentan la mayor cantidad de fraudes, por lo que conviene que seamos muy cuidadosos. Recuerda que si algo luce demasiado bueno, puede resultar sospechoso.